Esta injustica hizo que Ken Miles fuera, hasta no hace mucho, un personaje poco conocido en el mundo del automovilismo, a pesar de rozar una gran hazaña en las competiciones de resistencia. Más aún, consiguió desarrollar un coche que arrasó durante 4 años consecutivos en Le Mans, ¡casi nada!
Ken Miles falleció, precisamente, probando uno de los coches, donde realizaba pruebas de aerodinámica. Tras su muerte, decidieron instalar una jaula protectora y que, hoy en día, sigue siendo tremendamente útil.
Ken Miles, para los conocedores del mundo del automovilismo, fue mucho más que un piloto. Se convirtió en una de las grandes figuras que, fruto de su conocimiento en pilotaje y mecánica, consiguió mejorar notablemente todos los coches que condujo.
Un beneficio para sí mismo, pero también para las escuderías con las que competía, al nivel de otros grandes pilotos, como Nikki Lauda, o Michael Schumacher. Un piloto con una gran historia que, por desgracia, no vio recompensado todo su esfuerzo.
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