Pocas marcas de coches pueden seducir al aficionado del automovilismo más que Ferrari. Il Cavallino Rampante es un símbolo de los coches veloces y estéticamente bellos y agresivos, a partes iguales. En definitiva, en un fabricante especializado en crear coches dignos de competición, ya sean en versión comercial para carretera, como automóviles de competición.
Por eso, en este artículo nos queremos adentrar en los orígenes de la marca italiana. De cómo se creó dicho emblema. ¿Te gustaría conocer la historia de Ferrari? ¡Pues continúa leyendo!
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Podréis encontrar coches como el Ferrari 250 o el Ferrari 330 LMB que competían en carreras de resistencia, así como coches de Fórmula 1 como el Ferrari 312T o el Ferrari 412.
Para conocer la historia de Ferrari, es inevitable comenzar hablando por su creador: el archiconocido Enzo Ferrari. Desde muy joven se inició en el mundo del automovilismo. Tras haber combatido en la Primera Guerra Mundial, comenzó como piloto probador en Turín y, en 1919, ya estuvo compitiendo en carreras como la de Parma-Poggio.
Tras algunas carreras algo accidentadas, Ferrari recala en Alfa Romeo, conduciendo un Tipo 40/60, donde llega a acabar segundo en la Targa Fiorio. Era 1920. Aquí comienza la historia de Enzo Ferrari en la división de carreras de Alfa Corse. Una historia que duraría cerca de 20 años, siendo director de la división y piloto, donde consiguió prestigiosas victorias como las del Circuito de Módena de 1927 o 1928.
Tras el nacimiento de su hijo Dino, Enzo Ferrari deja trabajar como piloto de Alfa Romeo. Era el año 1932 y trabaja como director de la escudería y en el diseño y construcción de coches de competición, con coches como el 158 “Alfetta”.
En 1939, Enzo Ferrari abandonó Alfa Romeo, con una cláusula bajo la mano en la que no podía crear automóviles de competición durante los 4 años.
Ya en 1940, Enzo pensaba en qué tipo de coche podía crear para batir a los Alfa Romeo, la marca que dominaba la automoción italiana en la época. Con esa idea surgió ya la creación del 815 y que desarrolla en una pequeña fábrica de Módena. Eran dos modelos que montaban un chasis de Fiat, con motor de 8 cilindros y 1.500 c.c. que probaron en competiciones como la Mille Miglia, sin demasiado éxito.
El parón que supuso la Segunda Guerra Mundial hizo que, hasta 1943, Enzo Ferrari no retomara la idea con la construcción de una fábrica en Maranello, en un territorio que era de su propiedad. Es, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuando se finaliza la fábrica y se constituye oficialmente Ferrari como marca automovilística, en el año 1947.
El símbolo de Ferrari siempre ha llamado poderosamente la razón. Un caballo negro encabritado, sosteniéndose sobre las patas traseras. Sin embargo, este emblema ya había sido utilizado por Enzo en Alfa Romeo, ¿qué significa?
Para ello, hay que volver a la época en la que Enzo Ferrari era piloto de carreras. Tras una victoria en el año 1923, la Condesa Paolina le pidió que usara esa figura en sus coches. Ese emblema era el que utilizaba su hijo, el Conde Francesco Baracca, en sus aviones.
Se trataba de aviador, un héroe nacional de la Primera Guerra Mundial. Para muchos, el mayor as de la aviación de la Fuerza Aérea Italiana. Sin embargo, Baracca utilizaba un caballo en color rojo sobre fondo blanco.
Tomando la misma silueta del caballo, Enzo Ferrari decidió que el caballo fuera de color negro, mostrando su luto y respeto por todos los aviadores caídos durante la Guerra Mundial. El fondo, en este caso, era de color amarillo, en referencia al color de la ciudad natal de Módena.
Ferrari pronto comenzó a demostrar el potencial que tenía,desde sus orígenes. Así, de la línea de fabricación de Módena surge el Ferrari 125S. Pronto, Ferrari empezó a cosechar victorias, como la Mille Miglia en 1948 o las 24 Horas de Le Mans en el año siguiente, ya con el Ferrari 166M. Serían las primeras victorias, ¡pero ni mucho menos las últimas!
En 1950 se creó una competición automovilística única: la Fórmula 1. A diferencia de las carreras de resistencia que ya estaban vigentes, las pruebas tenían una menor duración y los coches se adaptaban a ofrecer unas mejores prestaciones, como en la aceleración o la velocidad punta, en vez de otras características más propias de las de resistencia, como la fiabilidad del vehículo.
No cabe la menor duda, a posteriori, que es una competición que a Ferrari le viene como un guante. Los pilotos de Alfa Romeo, Farina y Fangio, consiguieron los dos primeros mundiales de pilotos. Ferrari rápidamente se repuso, consiguiendo los dos siguientes mundiales, de la mano de Ascari, piloto que llevaba pilotando con Enzo desde sus inicios, ¡con el Ferrari 815!
En la década de los 50, Ferrari conseguiría hasta 4 mundiales de pilotos, uno más con Fangio y con Hawthorn. Se convirtió ya en el constructor con más títulos mundiales de la Fórmula 1, un liderazgo que no ha llegado a perder en toda la historia, ¡hasta la fecha!
Durante prácticamente todas las décadas, Ferrari tuvo un papel importante en la Fórmula 1. En los 60, con pilotos como Phil Hill o John Surtees, así como en los 70 con las victorias de Niki Lauda y esa increíble rivalidad con James Hunt, perfectamente reflejada en esta película.
Sin embargo, en las décadas de los 80 y 90 no consiguieron ningún mundial de pilotos, a pesar de conseguir varios mundiales de constructores. A la escudería italiana le costó 21 años volver a ganar, la mayor sequía de toda su historia.
Eso sí, cuando volvió por la senda del triunfo, ¡lo hizo a lo grande! De la mano de Michael Schumacher, el Kaiser consiguió vencer en 5 ocasiones consecutivas, entre los años 200 y 2004, mostrando una de las mejores historias de la Fórmula 1.
Tan solo 3 años después del dominio de Schumacher, Kimi Räikkönnen venció en 2007, siendo el último mundial conseguido por Ferrari hasta ahora.
Hoy en día, es probable que relaciones a Ferrari únicamente con la Fórmula 1 y puede que hayas visto, en todo caso, su participación en gran turismo. Sin embargo, no habrás visto a Ferrari participar en la categoría superior de una carrera de resistencia.
No siempre ha sido así. De hecho, ya en 1949 consiguió vencer en la reina de las pruebas de resistencia: las 24 Horas de Le Mans. Fue con un Ferrari 166M, conducido por Luigi Chinetti y Lord Seldson.
En los 50, la escudería italiana conseguirías dos victorias en la prueba francesa. Una en 1954, con José Froilán y Maurice Trintignant, a los mandos de un Ferrari 375, y otra en 1958, con Phil Hill y Olivier Gendebien con un Ferrari 250TR.
La década de los 60 supondría el mayor auge de Ferrari en Le Mans y, al mismo tiempo, el ocaso de la escudería en las carreras de resistencia. Con pilotos como Hill, Gendebien o el italiano Lorenzo Bandini, Ferrari consiguió los primeros 6 títulos de la década, demostrando un dominio nunca visto antes, convirtiéndose en el rival a batir.
En algunos casos, llegó a ser una auténtica obsesión, plasmada en la conocida rivalidad con Ford. Seguro que conoces cual es el final de esta historia. El Ford GT40, desarrollado por Ken Miles, consiguió destronar a Ferrari. Desde entonces, Ferrari prefirió dedicarse a otros proyectos de competición, relegando su aparición en resistencia a categorías inferiores. ¡Ojo! Ahora han decidido volver a la categoría reina.
A pesar de no disputar las 24 Horas de Le Mans desde hace más de 40 años, Ferrari sigue siendo, a día de hoy, la tercera escudería con más títulos. Ostenta 9 victorias, solo por detrás de Porsche (a años luz del resto) y Audi.
Grandes triunfos rodean la historia de Ferrari, hasta el día de hoy. Una historia cargada de victorias en las más exigentes competiciones de automovilismo, donde han creado algunos de los coches con las que todos soñamos con conducir en algún momento de nuestra vida.
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